La fimosis es una estrechez de la piel que rodea el glande dificultando la visualización del prepucio. Esta anomalía es muy común en los recién nacidos, de hecho, la mayoría de los niños nacen con fimosis, llamado también adherencias balano-prepuciales. Sin embargo, con el desarrollo natural van desapareciendo y dejando al descubierto el glande.
Generalmente, el pediatra durante las revisiones rutinarias observará la evolución de la piel, si estas van desapareciendo de forma progresiva se dejará que sea el proceso natural quién lo elimine. Se recomienda que se cuide la higiene y se retraiga la piel del pene, un poco, para facilitar este proceso. Nunca hay que dar tirones puesto que puede producir dolor y cicatrices permanentes.
La fimosis puede ser congénita o producirse en otras etapas de la vida, aunque es más raro. En los adultos puede deberse a balanopostitis sucesivas -inflamaciones del glande y el prepucio- a consecuencia de una infección o uso de jabones muy agresivos para la higiene, ciertos tipos de balinitis (infección del pene) y traumatismos peneanos.
La fimosis puede ser:
El proceso natural de desarrollo en el niño favorece que entre los 3 y 5 años el prepucio y el glande se separen. De hecho, a los 3 años el 90 % de los prepucios desciende totalmente y menos del 1 % de los varones con 17 años presentan fimosis.
Sin embargo, si esta se manifiestan con alguna otra de estas afecciones, es necesario tratar la fimosis de manera más específica:
Como la fimosis es un proceso natural, generalmente, su tratamiento es no hacer nada. Sin embargo, cuando supone un problema el médico prescribirá como primera opción una crema corticoides y solo cuando se trata de situaciones especiales, fimosis severa, se recomienda la cirugía.
Fuente: https://www.sanitas.es/sanitas/seguros/es/particulares/biblioteca-de-salud/pediatria-infancia/que-es-la-fimosis/index.html